El placer de servir estriba en hacer todo lo posible por satisfacer las necesidades de las personas que nos necesitan, esto conlleva escucharlos y buscar soluciones a sus necesidades. Es en realidad la calidad y amor al servir lo que hace a Prints Of Hope (POH) de gran valor en el campo misionero. En cada miembro del grupo se observa satisfacción y disfrute de lo que hace mientras se ofrece toda clase de servicios a personas en necesidad y vulnerables. Cuando el grupo de POH interviene en los proyectos misioneros, se les ve sonreír con ternura y empatía a cada persona que acude en busca de ayuda. Esta característica logra que cada persona al acercarse, ponga su confianza en la capacidad de cada miembro del grupo para ayudarles en su necesidad. El servir a los enfermos y a los pobres, no debe ser dejado atrás, pues nuestros corazones se enfrían y se vuelven indolentes. Dios nos encomienda como sus hijos, que hagamos su obra una de amor entregando nuestro esfuerzo personal y sacrificio propio. Estos han sido los objetivos de POH para cada viaje misionero lo que ha resultado una experiencia excelente, enriquecedora y de trabajo en equipo.
De todos mis viajes quisiera expresar lo inolvidable que fue el viaje con el grupo POH a Cúcuta Colombia en el año 2019. Fue un viaje agotador pero muy gratificante, pues se atendieron aproximadamente 2,700 personas necesitadas. Se ofrecieron una gran variedad de servicios a una población diversa que incluyó niños, jóvenes, adultos y personas de tercera edad. Como parte de los servicios prestados se incluyeron: dental, psicológico, médico, terapia física, donación de alimentos y medicamentos, además de comida caliente y ropa a los que allí llegaron. También fueron adoptados 60 niños venezolanos para costear sus estudios.
Puede constatarse que la persona que recibe ayuda en momentos difíciles de su vida, adquiere la capacidad de transformarse en servidor de otros. Puedo recordar con alegría y satisfacción mi experiencia con una familia venezolana, Lucy y Rafael Yegres, quienes se allegaron a nuestro grupo buscando ayuda por encontrarse en una crisis emocional y económica. Lucy no paraba de llorar, no veía solución a su problema, pues ya no tenían dinero para sobrevivir en Cúcuta y tampoco para regresar a Venezuela. Trabajamos con ellos durante dos días. Le suplimos servicios de salud física, mental, dental y los medicamentos que necesitaron. También se hizo una actividad como grupo y se les consiguió el dinero para regresarse a Venezuela. Dos meses después recibí comunicación de Lucy y Rafael que estaban muy bien. Ellos me comunicaron sobre las necesidades que tenían los niños en la ciudad conde vivían y que deseaban hacer en la ciudad de San Vicente en Maracay, Venezuela, una obra dando alimentos preparados a los niños pobres y sus familias. Desde hace dos años, bajo el ministerio llamado “Proyecto de Dios”, trabajan dando alimentos a estos niños vulnerables en esta ciudad. Esto demuestra que cuando se sirve con placer y amor, Dios trabaja a través nuestro y las personas aprenden mediante el ejemplo cómo ayudar a otros. Estos nuevos aprendices a su vez, siguen una cadena de servicio a otras personas en vulnerabilidad, no importa donde estén o residan. Gracias a POH por ser un instrumento de Dios y de darme la oportunidad de conocer a personas maravillosas como estas y a muchas otras más en el viaje misionero a Cúcuta, Colombia en el 2019.